domingo, 1 de abril de 2007

Hace un siglo nacía un genio: Fred Zinnemann


Este director , de origen austriaco, dedicó su vida a su sueño: el cine y cumpliría 100 años el mes de abril


A pesar de haber nacido en Viena, residió en Estados Unidos desde 1921 y más adelante en el Reino Unido. Zinnemann supo manejar, en su vida artística, la comercialidad y la crítica política y social. Decía que el secreto del éxito se encontraba en un buen guión y que sin él no podía crearse una película brillante.


Aunque cursó estudios de Derecho , pronto se dio cuenta que su verdadera vocación era el cine. Tras adquirir la nacionalidad estadounidense comenzó a trabajar en Hollywood en proyectos modestos y siempre de ayudante. Pero pronto demostró su talento y su debut como director no se retrasó demasiado.
En 1942 dirigió su primer largomatraje, una película policiaca titulada "Ojos en la noche".

Es considerado un excelente proyectador de actores pues bajo su dirección se iniciarion estrellas de la talla de Montgomery Clift( “Los Ángeles perdidos” 1948) y Marlon Brando( “Hombres” 1950).

Siempre se rodeaba de excelentes actores y actrices que hacían de sus películas auténticas obras de arte. Pero su trabajo fue reconocido en 1953 por la Academia estadounidense, y recibió el Oscar a la mejor dirección por “De aquí a la eternidad” protaagonizada por Burt Lancaster.

Su estilo nunca estuvo completamente definido y la temática de sus películas varió sobre todo en su última etapa creadora. Pero las películas bélicas destacan entre sus cintas más importantes y han servido como precedente de un cine que nunca se agota: el relacionado con la II Guerra Mundial .

El melodrama sobre las "mujeres de la guerra", titulado "Teresa" (1951), obtuvo un gran éxito y supuso el preludio de una de las películas más famosas de Zinnemann, "Solo ante el peligro" (1952). Interpretada en sus principales papeles por Gary Cooper y Grace Kelly, está considerada como uno de los más importantes wensterns de la historia del cine.
Con "Oklahoma" (1955), una comedia musical, indagó por otros terrenos, antes de abordar el problema de la adicción a la droga en "Un sombrero lleno de lluvia" (1957).

Las películas sucesivas no alcanzaron un éxito excesivo, pero mantuvieron su prestigio de realizador hasta "Un hombre para la eternidad" que le valió el Oscar en 1967

En 1987 firmó, junto a otros directores, el llamado "Manifiesto de Barcelona" en el que se denunciaban las distintas manipulaciones de que son objetos las obras cinematográficas. Zinnemann fue algo más que un director , fue “un hombre del cine” y estaba vinculado con su profesión a un nivel personal y profundo.

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